Ya de pequeño me gustaban las manualidades, hasta el punto de que llegué a construir junto con mi padre mi propio coche de pedales. Así se despertó pronto mi interés por los trabajos manuales. Por recomendación de amigos presenté mi candidatura a thyssenkrupp rothe erde y, nada más terminar la selectividad, comencé mi formación como mecánico industrial. Los aprendices asumen tareas de gran responsabilidad desde el principio. Nosotros producimos para la fabricación wn curso y no solo a efectos formativos. Me enorgullece contribuir un poco con mi trabajo al producto final.
En la formación no solo se nos prepara para nuestra trayectoria profesional, sino que además se nos brinda la oportunidad de perseguir ideas e intereses innovadores. Un reto especial fue, por ejemplo, la participación en la competición "La juventud investiga". Junto con dos aprendices diseñé un equipo automático de desbarbado de perfiles pequeños de acero para facilitar los trabajos de gran esfuerzo corporal y ahorrar tiempo. Nuestra máquina es un invento completamente nuevo. Hemos realizado nosotros mismos una notificación de la invención y una evaluación de riesgos, así como planos. Durante el proyecto, la colaboración con otros departamentos era especialmente importante. Todos nos han animado y apoyado en nuestro propósito. Hoy la máquina se encuentra en el taller de formación y se utiliza prácticamente todos los días. Me alegra especialmente que se nos permita a los aprendices implementar proyectos interesantes y poner nuestro granito de arena para el futuro con nuestras propias ideas. Y este éxito no es un caso aislado. Hace poco conseguimos el segundo puesto en el premio por el trabajo con jóvenes.
Cada día de la formación es rico en impresiones y trae consigo nuevas tareas. Por las mañanas consulto con mis formadores los pedidos del día. Además de reparaciones y la fabricación individual de piezas sueltas, muchas veces el programa del día también incluye tareas especiales. Estas incluyen por ejemplo la gestión de visitas a la fabrica para grupos de visitantes y colegios. Me gusta especialmente asesorar a las personas en prácticas y ayudar a los escolares del grupo de trabajo. Las distintas tareas y ámbitos de aplicación hacen que me guste venir al trabajo cada día.
… ¡unidad del grupo! En el taller de formación uno tiene la sensación de encontrarse en una gran clase de colegio. Desde el principio de la formación aprendemos y trabajamos todos los cursos juntos. De este modo no solo se intensifica el espíritu de equipo, sino que también se crean amistades. Como novatos que somos, se nos ha integrado bien en la comunidad existente y los antiguos aprendices han respondido a todas nuestras preguntas de igual a igual. Esta unidad es decisiva sobre todo en los proyectos, ya que trabajar en equipo es la única manera de solucionar tareas complicadas. Me gustaría destacar la buena relación con los formadores. Siempre están dispuestos a escuchar y se puede hablar con ellos en cualquier ocasión. Valoro muchísimo el agradable clima laboral en el taller de formación. Una de las actividades más destacadas son las excursiones que hacemos juntos, en las que, por ejemplo, visitamos otros emplazamientos del Grupo y conocemos a otros aprendices.
En la elección de mi puesto de formación fue importante el hecho de recibir un trato correcto como aprendiz, además de sentar las bases para mi futuro. thyssenkrupp rothe erde cumple estas expectativas. En la formación se ofrecen numerosas opciones de perfeccionamiento profesional y se nos prepara paso a paso para retos futuros. Desde el primer día se integra y reconoce a los aprendices en el equipo como iguales al resto de los miembros.