Hace tiempo solía ayudar a mi padre en su taller de coches y hacíamos algunos arreglillos. De adolescente ya sabía que quería trabajar en un oficio manual. Pero mi camino no me llevó directamente a thyssenkrupp rothe erde. Después de la selectividad comencé una formación profesional en mecatrónica de vehículos, pero enseguida me di cuenta de que mi pasión no se limitaba a la reparación de coches. Quería pensar en dimensiones mayores y aprender habilidades en diferentes áreas. Ya en la entrevista de trabajo tuve una impresión positiva y el buen ambiente me convenció. Cuando recibí la confirmación de thyssenkrupp rothe erde, se cumplió algo con lo que soñaba desde hacía tiempo. Estoy contenta de haberme arriesgado a dar el paso y poder formar parte hoy de un gran consorcio.
Lo que me entusiasmó fue el trabajo con una gran cantidad de tornos y fresadoras diferentes. Previamente no tenía experiencia en la manipulación de máquinas con funcionamiento automático y durante la formación he aprendido todos los pasos desde el principio. Si me surgen dudas siempre puedo contar con la ayuda de los demás aprendices. Los formadores valoran mucho que aprendamos la mayor cantidad de procesos diferentes y que colaboremos en pedidos especiales. Precisamente en la fabricación individual se nos piden y se entrenan habilidades concretas. Por otra parte, los formadores nos dan el tiempo suficiente para que probemos nosotros mismos los pasos de trabajo. Ya en la formación se nos enseña a apreciar el enfoque internacional y tenemos la posibilidad de adquirir conocimientos específicos de idiomas en un curso de ingles.
En el taller de formación aprendemos diariamente nuevas habilidades y gestionamos diferentes pedidos que, a continuación, seguirán siendo procesados en la producción. El sentido de la responsabilidad y la flexibilidad son primordiales. Disfruto especialmente cuando puedo transmitir el conocimiento adquirido; por ejemplo, asesorando a personas en prácticas y al grupo de trabajo de escolares o enseñando a nuevos aprendices. También la asistencia a las ferias profesionales es una buena oportunidad para contar a los escolares las experiencias personales. Me gustaría resaltar que la salud de los empleados es importantísima para la empresa. Por ello, todos los aprendices asisten una vez a la semana a un curso en la llamada « escuela de la espalda «. Además cada año lectivo participamos en seminarios de varios días sobre salud en los que recibimos, por ejemplo, consejos para una alimentación sana. En la formación en thyssenkrupp rothe erde se piensa sencillamente en todo, lo que me hace sentir muy a gusto.
…¡integración en el grupo! En el taller de formación nuestro equipo está formado por aprendices con diferentes conocimientos previos y niveles de formación. A pesar de ello, actuamos siempre todos juntos. Como cuerpo representativo soy la persona de contacto y represento los intereses de los aprendices. La unidad del grupo se muestra también en la preparación para el examen, ya que comentamos las soluciones de los ejercicios y nos ayudamos en caso de que se planteen preguntas o dudas. Aprender en grupo fomenta mi motivación y me anima. También los formadores nos preparan durante nuestro tiempo de trabajo para el examen práctico y teórico. Los excelentes resultados en los exámenes muestran que el concepto de formación funciona. Estoy muy agradecida por el gran apoyo recibido.
thyssenkrupp rothe erde está abierto a que las mujeres desarrollen su carrera profesional y una realmente se siente reconocida y valorada. Con mi formación estoy sentando los cimientos para mi posterior desarrollo y persiguiendo mi pasión por los trabajos manuales. Recomendaría la formación a todo el mundo. Es una etapa imprescindible en la que se aprende enormemente.